¡El Coprolito de Lloyds Bank de York! O cómo una hez vikinga se convirtió en celebridad
El
misterioso caso del Coprolito de Lloyds Bank en York
Viajeros
Nórdicos, ¿alguna vez han pensado en el potencial de... ¡heces antiguas! Sí,
suena un poco loco, pero en la ciudad de York, en Inglaterra, un pedazo de
historia vikinga llegó de la manera más insólita: ¡una viejísima hez humana fosilizada!
York es una
ciudad llena de historia. Desde la época romana hasta la vikinga, este lugar ha
visto de todo. Ahora, el hallazgo que les cuento es conocido como el Coprolito
de Lloyds Bank, que, aunque suene raro, nos dice un montón sobre cómo vivían
los vikingos allí.
El gran
hallazgo en Pavement Street
Imagínense,
en 1972, se iba a abrir una nueva sucursal bancaria en Pavement Street, y, al
comenzar las obras, ¡bam! Empezaron a aparecer artefactos vikingos por doquier.
Pero el más insólito fue este pedazo de heces fosilizado de 20 cm de largo y 5
cm de ancho. ¡El más grande descubierto hasta ahora!
Ahora, ¿por
qué nos emocionamos tanto con unas heces antiguas? Bueno, porque York está
construido sobre un montón de basura antigua que tiene como 3 metros de
profundidad. Y entre todas esas reliquias, se encuentran muchas heces de
humanos y animales que, gracias a ciertas condiciones del suelo, se han
conservado intactas.
¿Por qué
es tan especial este "recuerdo" vikingo?
Es un
testigo único de la vida de un vikingo específico. Gracias a este Coprolito,
pudimos descubrir qué comía, qué enfermedades tenía y más. Por ejemplo,
descubrimos que el vikingo tenía una dieta rica en carne y granos, pero pobre
en frutas y verduras. También sufría de parásitos intestinales, ¡pobrecito!
¿Dónde
está ahora este recuerdo?
Si eres de
los curiosos y quieres ver este trozo de historia de cerca, puedes visitar el
Jorvik Viking Center en York. Ahí tienen una recreación de cómo olía este
coprolito cuando... ejem, era fresco. ¡Así es, hicieron una especie de
"perfume" a partir de él!
Valorando
las heces fosilizadas
¡Este
pedazo de historia tiene su precio! Aunque, claro, para los amantes de la
historia es invaluable. Hace años, se dijo que su valor rondaba los 39.000
dólares. Aunque parezca poco para un descubrimiento tan peculiar, lo cierto es
que su verdadero valor radica en lo que nos cuenta sobre la vida de los
vikingos en York.
Al final
del día, más allá del dinero, estos hallazgos nos conectan con nuestras raíces.
Y me gusta pensar que hay un vikingo allá arriba, en el Valhalla, riéndose a
carcajadas de que sigamos hablando de su "pequeño" regalo después de
900 años.
Fuente: Linda Spashett/ Wikimedia, Robbie Mitchell
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